Alguien la denominó “ángel de la solidaridad” en baja voz durante una eucaristía por su salud realizada hace algunas semanas en el mismo escenario del que fue fundadora junto a otros partidarios de la opción católica por los pobres y la teología de la liberación.
“Con espuelas bajo las alas en favor de Latinoamérica”, agregó un amigo cubano que se encontraba cerca, y que fue testigo de su desvelo solidario en apoyo a las revoluciones de Nicaragua, Venezuela y en especial de Cuba, por la que sentía devoción, según una nota de condolencia de Eric Valdés, exconsejero político de la embajada de la ínsula del Caribe en Bolivia.
Valdés evocó en su mensaje el destacado papel de Viscarra como fundadora y organizadora con éxito del Comité 90 Años de Fidel, el “50 Años del Che”, sus incansables esfuerzos en la lucha por la liberación de los cinco antiterroristas cubanos que permanecieron presos durante tres lustros en Estados Unidos por tratar de evitar acciones terroristas contra su país.
Significó el exconsejero político la permanente y destacada actitud de Viscarra en la denuncia contra el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba.
En igual sentido se pronunció Teresa Subieta, embajadora de Bolivia ante la Santa Sede, en un texto remitido junto al personal diplomático boliviano acreditado en Italia.
“Desde muy jovencita te vi luchar en defensa de los más pobres con la teología de la liberación. Vuela alto querida hermana”, escribió Subieta.
La ministra de la Presidencia de Bolivia, María Nela Prada, envió un mensaje desde México en el cual agradeció las enseñanzas de quien fomentó el pensamiento crítico anticolonial, antirracista, anticapitalista, antimperialista y socialista en el Café Semilla Juvenil, que encabezó desde hace 36 años para fomentar la educación popular.
Miembro fundadora de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Bolivia junto al sacerdote jesuíta mártir y su amigo entrañable Luis (Lucho) Espinal (2 de febrero de 1932-21 de marzo de 1980), Chabelita, como la llamaban todos, integró como titular la Comisión de la Verdad.
Este equipo esclareció los asesinatos y otras violaciones de los derechos humanos sobre la base de motivos políticos e ideológicos, acontecidos en el país altiplánico del 4 de noviembre de 1964 al 10 de octubre de 1982.
La fidelidad al legado de Espinal, como ella confesó más de una vez, la impulsó a consagrar su vida a la lucha por la liberación latinoamericana y caribeña, desde el frente de la solidaridad militante.
Por eso bajo sus alas de ángel, llevaba espuelas punzantes como las de gallo de lidia que defendieron siempre y con la pasión de los apóstoles a los pueblos “de la patria grande”.
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