La ley contempla también un manejo más eficiente de las aguas del torrente y prioriza la conservación de su cuenca, de vasta extensión y sitio de numerosos yacimientos arqueológicos que demuestran la presencia humana ininterrumpida desde la prehistoria.
Se trata de la segunda norma que China implementa para recuperar el esplendor de sus ríos, pues en 2021 aprobó una similar para el Yangtsé que incluyó una veda a la pesca y ya muestra como resultado positivo aguas más limpias y un crecimiento de la población de especies endémicas.
El Amarillo es el sexto más largo de la Tierra con sus cinco mil 464 kilómetros de longitud, nace en las montañas de Bayan Har (oeste) y fluye a través de Qinghai, Gansu, Shanxi, Shaanxi, Henan, Shandong, Ningxia Hui y Mongolia Interior antes de llegar al mar de Bohai.
Su nombre se debe al color que adquiere por la gran cantidad de materiales en suspensión, sedimentos y lodo en sus turbulentas aguas. Se le conoce como el “Río madre” porque fue la cuna de las antiguas civilizaciones y la región más próspera de la temprana historia del país, pero por sus frecuentes y devastadoras inundaciones también se le llama la “Tristeza de China” o “Azote de los hijos de Han” (la etnia mayoritaria).
jcm/ymr