En esta jornada la organización resalta que han abandonado la idea de curar o convertir a las personas con este padecimiento para centrarse en esos objetivos, un gran cambio que les permite reivindicar su dignidad y autoestima, e integrarse plenamente como miembros valiosos de sus familias y sociedades.
Esta es una iniciativa impulsada por la ONU en colaboración con el Instituto de Neurodiversidad con sede en Suiza, y este 2023 se centra en la contribución de las personas autistas en el hogar, el trabajo, las artes y la formulación de políticas.
El autismo es una discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta en los tres primeros años de vida y se deriva de un trastorno neurológico que afecta el funcionamiento del cerebro.
Es una enfermedad incurable que afecta a seis de cada mil menores de 10 años, con independencia de su sexo, raza o condición socioeconómica y altera las capacidades de comunicación, relación e imaginación, sin que, por el momento, se conozcan sus causas exactas.
Se caracteriza principalmente por peculiaridades en la esfera de la interacción social y dificultades en situaciones comunicativas comunes, modos de aprendizaje atípicos, especial interés por ciertos temas, predisposición a actividades rutinarias y particularidades en el procesamiento de la información sensorial.
El índice de autismo en todas las regiones del mundo es alto y la falta de comprensión produce fuertes repercusiones sobre las personas, sus familias y las comunidades.
En 2008 entró en vigor la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, lo que reafirmó el principio fundamental de los derechos humanos universales para todos.
El propósito de la Convención es “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”.
Es esta una herramienta infalible para fomentar una sociedad inclusiva que cuide a todos sus miembros y garantizar que todos los niños y adultos con autismo puedan llevar una vida plena y gratificante.
La Organización Mundial de la Salud y sus asociados reconocen la necesidad de fortalecer la capacidad de los países para promover una salud y un bienestar óptimos para todos los autistas.
Centran sus esfuerzos en aumentar el compromiso de los gobiernos con la adopción de medidas que mejoren la calidad de vida de las personas con autismo, fomentar los entornos inclusivos y favorables para ellos y prestar apoyo a sus cuidadores.
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