Según la Organización No Gubernamental (ONG) Bosques, Mares y Comunidades (Bomaco), también existe una amenaza potencial en las Áreas de Conservación y Uso Sostenible de ese territorio de la costa ecuatoriana.
La presidenta de esa ONG, Carolina Toapanta, explicó que unos de los principales efectos del cambio climático es el aumento sostenido del nivel medio del mar.
La subida del mar provoca una reducción significativa de la arena y, en el caso de Manabí, ya es evidente en playas como Piedra Larga y La Tiñosa, de Manta; Crucita, de Portoviejo y, El Matal, de Jama, detalló la especialista.
De acuerdo con Toapanta, la falta de planificación, con la construcción de carreteras muy cercanas al borde costero o el desarrollo de edificaciones en esas zonas, afecta también a las zonas de playa.
Toapanta alertó que, en los próximos años, además de la desaparición de las playas de arena, habrá incidencias en el tema económico, sobre todo a las personas que viven del turismo.
El territorio costero de Manabí es uno de los pocos del país andino que no se abastece de agua de la Cordillera de Los Andes y tiene la tasa más alta de deforestación, lo que contribuye a la variación del clima.
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