De acuerdo con el texto la calidad de vida relacionada con la salud es una medida del nivel de comodidad, salud y felicidad de un ser humano.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno del sistema nervioso central que provoca movimientos descontrolados, rigidez y pérdida del equilibrio.
El estudio encontró que las personas negras, hispanas y asiáticas con Parkinson tienen una calidad de vida más baja que las blancas, y que algunas disparidades de salud y diferencias de manejo persisten incluso con la atención continua de un neurólogo experto, precisó el autor de la investigación, Daniel Di Luca, de la Universidad de Toronto, Canadá.
La indagación involucró a ocho mil 514 personas con la enfermedad de Parkinson: el 90 por ciento blancos, hispanos seis, asiáticos dos y negros el dos por ciento.
Para evaluar la calidad de vida, los investigadores pidieron a los participantes que completaran un cuestionario de 39 preguntas sobre temas como con qué frecuencia durante el último mes los participantes experimentaron dificultades con las tareas diarias, entre ellas, las del hogar y moverse en público.
También preguntó con qué frecuencia se sentían ansiosos, deprimidos, ignorados por los demás o incapaces de comunicarse adecuadamente.
Los participantes respondieron cada pregunta usando una escala de cinco puntos, donde cero representaba nunca y cuatro representaba siempre, y a mayor puntuación, peor calidad de vida.
Después de ajustar factores como la edad, el sexo y la duración de la enfermedad, así como condiciones médicas como diabetes y presión arterial alta, el puntaje promedio total fue de 29 para los negros, 27 para los hispanos, 25 para los asiáticos y 23 para los blancos.
Al observar las respuestas las puntuaciones de movilidad, bienestar emocional, apoyo social y dolor también fueron peores para las personas negras, hispanas y asiáticas que para las blancas.
Di Luca anotó que estudios previos demostraron que un nivel socioeconómico más bajo, la educación y otros factores estresantes psicológicos pueden estar asociados con peores puntajes cognitivos.
Además, también mostraron que los sesgos culturales influyen potencialmente en los resultados de las pruebas cognitivas. “Evaluar las razones subyacentes detrás de las diferencias en la calidad de vida entre grupos raciales y étnicos es crucial para mejorar la atención”, apuntó Di Luca.
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