Los problemas incluyen dormir demasiado o muy poco, tomar siestas largas, tener un sueño de mala calidad, roncar, resoplar y la apnea.
El autor de la investigación, Christine Mc Carthy, de la Universidad de Galway en Irlanda, remarcó que aquellos que manifiestan cinco o más de estos síntomas tienen un riesgo aún mayor de accidente cerebrovascular (ACV).
La indagación involucró a cuatro mil 496 personas con una edad promedio de 62 años.
Se preguntó a los participantes sobre sus comportamientos de sueño, incluidas cuántas horas, la calidad, las siestas, los ronquidos, el resoplido y los problemas respiratorios.
Los investigadores descubrieron que las personas que dormían menos de cinco horas tenían tres veces más probabilidades de sufrir un ACV que las que lo hacían siete horas en promedio, mientras que las que dormitaban por más de nueve horas duplicaban esas posibilidades.
Por otra parte, quienes tomaron siestas de más de una hora tenían un 88 por ciento más de probabilidades de sufrir un ACV que los que no lo hicieron.
En tanto, los individuos que roncaban tenían un 91 por ciento más de posibilidades de sufrir un derrame cerebral que los que no lo hacían y quienes resoplaban tenían casi tres veces más oportunidades.
De acuerdo con el estudio, las personas con apnea del sueño tenían casi tres veces más probabilidades de padecer un ACV.
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