El nombre proviene de la raíz árabe «ar-ramad», que significa calor abrasador y según la tradición, su origen se remonta al año 610 d. C. cuando el ángel Gabriel se le apareció al profeta Mahoma y le reveló el libro sagrado del Corán, durante el noveno mes del calendario islámico.
Comienza y termina con la aparición de la luna creciente, pero debido a que el año musulmán es más corto que el del calendario gregoriano, este inicia de 10 a 12 días antes cada año, lo que permite que caiga en todas las estaciones a lo largo de un ciclo de 33 años.
Este mes se caracteriza por el ayuno largo durante las horas del día, desde las 5:30 a las 20:30, aproximadamente, hora a partir de la cual se realiza la primera comida del día (iftar) que se hace de manera comunitaria, con grupos de feligreses que se reúnen para romper el ayuno, justo después de la puesta del sol(maghrib).
El ifṭar suele comenzar con dátiles o albaricoques como era la costumbre de Mahoma, y agua o leche azucarada, hay oraciones adicionales que se ofrecen por la noche llamadas tawarīḥ, preferiblemente realizadas en congregación.
Según indica el Corán, comer y beber sólo está permitido hasta que «el hilo blanco de luz se distinga del hilo oscuro de la noche al amanecer», así en algunas comunidades suenan tambores o las campanas para recordarles a los demás que es hora de la comida antes del amanecer, llamada suhur.
El ayuno o sawm puede invalidarse comiendo o bebiendo en el momento equivocado, pero el día perdido se puede recuperar con un extra de ayuno, quien se enferma durante el mes o viaje por necesidad, puede sustituirlo por días adicionales después de que finalice el Ramadán.
El voluntariado, la realización de obras rectas o la alimentación de los pobres pueden sustituir el ayuno si es necesario, mientras las mujeres embarazadas o en período de lactancia, los niños, los ancianos, los débiles, los viajeros en viajes largos y los enfermos mentales están exentos de ese requisito.
Durante este mes, los musulmanes intentan ponerse en el lugar de las personas más necesitadas, quienes sufren hambre por guerras u otras circunstancias, también es un tiempo para realizar una purificación espiritual, orar más, leer más el Corán, reflexionar, ser más caritativos.
Antes de que finalice el mes se realiza la zakat, que es el tercero de los cinco pilares del Islam y que consiste en donar una cantidad de dinero o alimentos equivalentes para ayudar a los más necesitados.
Otra de los momentos que marca la celebración es la Noche del Destino o Laylat al-Qadr, casi al concluir el mes, donde se conmemora el momento exacto en que se dice que el Corán fue revelado al Profeta por el arcángel Gabriel.
Durante esa noche santa, que según los preceptos coránicos vale más que mil meses, los musulmanes rezan tradicionalmente hasta el amanecer con una devoción que puede continuar hasta el final del mes, mediante lo cual esperan recibir favores divinos y bendiciones.
Los musulmanes creen que el incidente ocurrió durante el último tercio del mes de Ramadán, pero hay desacuerdo en la fecha exacta, pero siempre antecede a la Fiesta del Rompimiento del Ayuno (Eid al-Fitr)que marca el final.
Esta es una de las dos principales festividades religiosas del calendario musulmán, junto al Eid al-Adha, que marca el final de la hajj, peregrinación a La Meca que se espera que todos los musulmanes realicen al menos una vez en la vida si están en condiciones financieras y físicas.
En algunas comunidades, Eid al-Fitr, los niños visten ropa nueva, las mujeres se visten de blanco, se hornean pasteles especiales, se intercambian regalos, se visitan las tumbas de los familiares y la gente se reúne para comer en familia y rezar en las mezquitas.
Ramadán no es sólo una festividad religiosa, es también un periodo de unificación de la familia y de la comunidad en general, donde enriquecer y fortalecer el alma y el cuerpo es esencial.
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