En declaraciones a la agencia de noticias Safa, Al Hallaq detalló que la sala de oración y la clínica del recinto son las zonas más afectadas por la agresión de los uniformados.
Por primera vez desde su apertura en 1990 nos vimos obligados a cerrar la clínica porque las fuerzas de ocupación destruyeron por completo su interior, incluido equipos médicos y camas, criticó.
La instalación brinda servicios de salud a los visitantes de la mezquita durante todo el año, especialmente durante el Ramadán, mes sagrado para los musulmanes, destacó.
El experto señaló que las tropas israelíes rompieron tres ventanas de yeso en la sala de oración, una en la zona occidental superior y dos en la fachada principal.
Cada ventana destruida requiere esfuerzo porque se necesitan seis meses para su construcción debido a su elaboración manual, detalló.
También reveló que dos puertas principales de la edificación fueron rotas, mientras que las balas y las bombas de sonido lanzada en el interior del complejo quemaron y dañaron muchas alfombras.
Un gran contingente de policías israelíes atacó ayer y hoy a los fieles palestinos en la Mezquita de Al Aqsa y sus alrededores, lo cual desató enfrentamientos que elevaron la tensión en la región.
En repuesta a la agresión, durante dos días consecutivos las milicias palestinas en la franja de Gaza lanzaron cohetes contra Israel, que respondió con el bombardeo al enclave costero.
También en la zona ocupada de Jerusalén Este y en varios puntos en Cisjordania se reportaron enfrentamientos entre manifestantes palestinos y las fuerzas israelíes.
El Monte del Templo o la Explanada de las Mezquitas, donde se levanta Al Aqsa, es venerada tanto por musulmanes como por judíos.
Según los acuerdos alcanzados hace décadas, a los judíos solo se les permite visitar el sitio con numerosas condiciones, pero no rezar.
Sin embargo, bajo la creciente presión de los sectores de la derecha y ultraortodoxos aumentó el número de fieles de esa religión que intentan orar allí, lo cual es considerado por los musulmanes una provocación.
Israel ocupó la zona oriental de la metrópoli en la guerra de 1967, y desde entonces mantiene bajo su control el territorio pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
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