A través de una declaración, el comando internacional calificó de extremadamente grave la situación y llamó a evitar una mayor escalada.
El jefe de la Misión y Comandante de la Unifil, Aroldo Lázaro, está en contacto con las autoridades de ambos lados de la Línea Azul, punto de demarcación entre Líbano e Israel establecido por Naciones Unidas.
Según el comunicado, las Fuerzas de Defensa Israelíes activaron la Cúpula de Hierro para interceptar una nueva tanda de misiles de origen desconocido que fueron lanzados desde el sur libanés hacia el asentamiento de Shlomi en el oeste de Galilea.
En este contexto, fuentes internas confirmaron al canal panárabe Al Mayadeen que las facciones palestinas son responsables de los ataques con proyectiles desde el sur del país y no la Resistencia Islámica libanesa (Hizbulah).
Al mismo tiempo, precisaron la cantidad de 15 misiles lanzados desde tres aldeas sureñas; mientras, la prensa israelí habló de 100 cohetes lo que se presume una exageración para aprovechar y abrir una guerra.
No obstante, las autoridades de Tel Aviv aseguraron a algunos de sus medios no tener el propósito de abrir un conflicto con Líbano y el ataque con misiles en el oeste de Galilea no ha sido presenciado desde la segunda guerra del Líbano en julio del 2006.
Mediante su cuenta de Twitter, el corresponsal del canal local Al Manar Ali Shoeib, informó de una calma cautelosa en el sur de Tiro, interrumpida por los sonidos de aviones espía no tripulados que sobrevuelan el espacio aéreo fronterizo en el sector occidental.
El suceso tiene lugar en medio del ataque del ejército sionista a la franja de Gaza tras disparos de cohetes desde allí, una acción de las milicias palestinas en respuesta a la agresión contra la Mezquita de Al Aqsa y los fieles presentes en el lugar.
Precisamente, Hizbulah condenó hoy la intromisión por la fuerza de la policía israelí en el referido recinto sagrado, así como los golpes a mujeres y hombres, y el arresto de cientos de fieles, para permitir a los colonos entrar y profanar los patios de la mezquita.
La Resistencia libanesa calificó de violación flagrante la acción brutal de los militares israelíes contra la santidad de los creyentes y de Jerusalén; y en ese sentido, llamó a la más amplia campaña de condena y repudio.
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