Se trata de una escultura muy particular, en la Plaza de San Francisco de Asís, en uno de los lugares más visitados y fotografiados de la capital insular, con un entorno adoquinado, palomas por doquier y edificios que tienen mucha historia.
Por tanto, ese Cruceiro es además de atractivo simbólico de la porción más añeja de la ciudad, y alto en el camino para reflexionar y meditar, muy relacionado con un turismo cultural e histórico, sobre todo.
Caminando por la calle de los Oficios, para arribar a la plaza de San Francisco, el viajero tropieza con el Cruceiro de La Habana, elemento escultórico que llama la atención.
El mismo se tiene como uno de los elementos más significativos de la iconografía gallega (España), compuesto por una cruz de piedra que señala las encrucijadas de los caminos, y puede verse además en los atrios de las iglesias.
Sin embargo, es muy curioso que se desconozca su origen y se discuta sobre su significado.
En realidad se encuentran distribuidos por diferentes zonas de la Península Ibérica, atribuyéndose a la cristianización de lugares de incertidumbres, para bendecir los caminos y hay quienes también le imputan rituales de sanación para el cuerpo y el espíritu.
Si bien su tipología es variada, se componen fundamentalmente de tres partes: base, vara y cruz, según afirman los estudiosos del tema. Pueden verse adoptando formas muy sencillas y en ocasiones se muestran como valiosísimas piezas escultóricas por el labrado de la piedra.
En el caso del habanero, se levantó en la plaza centenaria, a pocos pasos de la bahía. La pieza escultórica fue donada por quien en su momento fuera presidente de la Junta de Galicia, Manuel Fraga Iribarne.
Todavía se recuerda a los alumnos de la Escuela Taller de La Habana y los trabajadores de la Empresa de Monumentos de la Oficina del Historiador, levantando pieza por pieza la magnífica escultura religiosa construida por los canteros de Pontevedra (2000).
El lugar donde hoy se localiza, estuvo ocupado años atrás por una pequeña isleta donde se ubicó una parada de ómnibus. Luego de los trabajos de restauración este espacio público fue cerrado al tránsito, se realizó un nuevo diseño de pavimentación y en el cruce de las calles Oficios y Lamparilla se levantó el Cruceiro.
mem/rfc