El movimiento que ya cumplió dos semanas afecta significativamente el funcionamiento del nosocomio, el más grande del departamento Norte y el segundo en importancia tras el Hospital Universitario Estatal de Haití (HUEH).
La dirección de Justinien condenó en una nota el comportamiento de los galenos y aseguraron que ahuyentaron “salvajemente” a los pacientes arrancándoles los sueros de los brazos.
Por su parte, el personal sanitario cuestionó que el paro de los médicos residentes responde a reivindicaciones personales, luego que uno de ellos fuera agredido en los predios de la instalación.
Los huelguistas, en cambio, rechazaron las acusaciones y reiteraron en conferencia de prensa que no levantarán el movimiento hasta que se cumplan sus demandas que también incluyen acceso al agua y materiales de trabajo.
El gremio de la salud de Haití sufre recurrentes huelgas que paralizan los servicios sanitarios, en especial en el sector público.
El HUEH en esta capital estuvo cerrado por más de dos meses por reivindicaciones similares y los médicos alentaron a otros colegas en todo el país a exigir sus derechos.
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