De acuerdo con los reportes, el hecho ocurrió la noche del viernes, cuando un presunto grupo de ganaderos de la etnia fulani atacaron la aldea de Mgban, en la localidad de Guma y mataron a un grupo de desplazados que estaban en un centro educativo y a otras personas.
Aunque la cifra de muertos es aún imprecisa, algunos medios reportan 32 víctimas y otros medio centenar.
Testigos presenciales dijeron a la prensa que un gran número de hombres armados invadieron el pueblo disparando y la mayoría de las víctimas cayeron abatidas cuando trataban de huir.
Este es al menos el tercer ataque que sufre esa región esta semana, atribuidos a los fulanis, que dejaron también más de una veintena de muertos en la aldea de Umogidi, en la municipalidad de Otukpo.
Mediante un comunicado de su portavoz, Garba Shehu, el presidente saliente de Nigeria, Muhammadu Buhari, condenó la matanza y el uso del terrorismo como herramienta en los conflictos intercomunitarios.
Además, ordenó a los servicios secretos, la Policía y los mandos militares que aumenten la vigilancia en todos los frentes y revisen inmediatamente la gestión de la seguridad en las zonas afectadas.
Benue, uno de los principales centros agropecuarios de Nigeria, registra en los últimos años episodios de violencia entre los campesinos, predominantemente cristianos, y los pastores fulanis, de origen musulmán, por la escasez de tierras y recursos, los cuales según estadísticas oficiales dejaron 172 fallecidos en 2022 y 104 en lo que va de año.
Como resultado de esos ataques más de dos mil personas murieron en 2021, considerada una cifra récord desde el inicio de los registros.
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