El texto inicia su análisis reseñando las declaraciones de la secretaria del Tesoro de la nación norteña, Janet Yellen, cuando en fecha reciente afirmó que las políticas punitivas de Washington contra Irán simplemente no funcionan.
Esta fue una admisión bastante significativa, según el análisis publicado en el sitio del Quincy Institute for Responsible Statecraft, ya que la mentada funcionaria encabeza la agencia gubernamental responsable de desarrollar e imponer los regímenes de sanciones económicas y comerciales de Estados Unidos.
Acorde con la articulista, Ashleigh Subramanian-Montgomery, Teherán es solo el ejemplo más reciente de cómo las medidas coercitivas rara vez, si es que alguna vez lo hacen, cumplen sus objetivos declarados y, sin embargo, sí generan penurias a los pueblos.
Mencionó cómo en Venezuela, Alena Douhan, relatora especial de las Naciones Unidas, encontró que estas tienen impactos devastadores, que se traducen en la violación de los derechos a la libertad de movimiento, alimentación, salud, educación y acceso a la justicia.
Como un caso fallido de los intentos por hacer claudicar a un país, la analista puso por ejemplo a Rusia.
Estados Unidos, refirió, impuso amplias sanciones a Moscú tras el inicio del conflicto como Ucrania; sin embargo, la economía demostró ser más resistente de lo previsto y la mayoría de las naciones todavía mantienen lazos económicos y diplomáticos con el gigante euroasiático.
En Cuba, añadió, un Memorando del Departamento de Estado mostró que el bloqueo estadounidense, lanzado a principios de la década de 1960, pretendía debilitar el apoyo a Fidel Castro “mediante el desencanto y la desafección basados en la insatisfacción y las dificultades económicas”.
Hace ya 40 años, en 1982, un memorando de la CIA expuso desde entonces su fracaso, al revelar entre otras cuestiones que la política de Estados Unidos hacia Cuba no cumplió ninguno de sus objetivos y no tenía posibilidades de doblegar a los líderes de la isla, expuso el análisis.
Estos fiascos, sin embargo, no han alterado las medidas punitivas, y la administración del presidente Joe Biden continúa con la campaña de “máxima presión” de la era de Donald Trump (2017-2021) contra el país caribeño, aseguró.
Según apuntó, las sanciones sirven como otra forma de que Estados Unidos promueva su hegemonía en nombre de la democracia y los derechos humanos.
Expuso cómo los académicos estiman que estas no conducen a un cambio de gobierno y están de acuerdo en que “rara vez, o nunca, funcionan”.
En cambio, una amplia evidencia demuestra que causan daño a las poblaciones y a la sociedad civil, aseveró.
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