Un comunicado oficial detalló que durante la acción el comando de teatro oriental del EPL usó destructores, fragatas y buques antimisiles en el estrecho de Taiwán, mientras activó unidades balísticas de largo alcance y precisión desde las costas de la parte continental del país.
Las tropas chinas ocuparon el espacio aéreo con bombarderos, aviones de reconocimiento y naves electrónicas que conformaron un grupo de asalto y dieron apoyo en la ofensiva.
El EPL desarrolló esas prácticas en el contexto de sus ejercicios Joint Sword (Espada unida), iniciados el sábado alrededor de Taiwán y que incluyen el patrullaje al norte y sur de dicho territorio, así como el despliegue de aviones y buques al este.
Según sus voceros, con las maniobras las tropas están listas para actuar y emprender las acciones necesarias contra la injerencia de fuerzas externas y también en defensa de la soberanía nacional y la integridad territorial de China.
El Ejército posicionó en la zona misiles convencionales y de largo alcance, cazas y portaaviones como el Shandong, además de los buques de guerra, equipos y armamentos de última generación involucrados en ejercicios masivos y de alta intensidad desde finales de marzo.
Estas operaciones y las sanciones anunciadas el viernes forman parte de la respuesta de China a la reunión celebra el miércoles entre la líder de Taiwán, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara estadounidense de Representantes, Kevin McCarthy, en California.
Expertos citados por la prensa local aseguraron que el EPL preparó una ofensiva similar a la ejecutada en agosto pasado, cuando estuvo en Taipéi Nancy Pelosi, la antecesora de McCarthy.
Incluso, organizó planes de contingencia para reaccionar según lo que la dirigente taiwanesa dijera o hacía en su parada estadounidense, tras el viaje a Belice y Guatemala.
El periplo de Tsai tuvo lugar luego que Honduras rompió más de 80 años de vínculos con Taipéi el 26 de marzo y los estableció con China.
Desde 2017 dieron ese paso El Salvador, Panamá, República Dominicana, Nicaragua y otras cinco naciones del mundo, con lo cual Taiwán quedó solo con 11 territorios que la reconocen.
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