La militancia de la mayor fuerza política del país, con más de cinco millones de afiliados, participará este martes y mañana en foros, seminarios y conferencias para hablar de esos sucesos, que por 72 horas pretendieron revertir el proceso revolucionario liderado por el comandante Hugo Chávez (1954-2013).
El primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, informó la víspera en conferencia de prensa que se trata de una jornada movilizativa que concluirá el jueves con una gran marcha en Caracas y en el resto de los estados del país
Cabello estimó importante que los jóvenes venezolanos conozcan lo que ocurrió y “esa parte de la historia no se pierda” para saber de dónde veníamos y el porqué de los hechos del 11, 12 y 13 de abril.
Recordó que se venía de una ley habilitante, que aprobó una legislación de hidrocarburo, de pesca, de tierra, y fue entonces cuando los sectores empresariales enfrentaron al gobierno.
El también diputado a la Asamblea Nacional indicó que esta es una semana de recuerdos, presente y de gran victoria popular.
Señaló que en esos días de abril significó “verle la cara al monstruo del fascismo en nuestro país”, además de ver renacer al pueblo junto a su líder bolivariano.
El dirigente político rememoró el odio y la arrogancia percibida en aquellos momentos en que sectores empresariales, unidos a la jefatura sindical de la época, Fedecamaras y la jerarquía eclesiástica, le declararon la guerra al gobierno revolucionario, en complicidad con los medios de comunicación.
Afirmó que fue una gran conspiración con gente cercana a la Revolución bolivariana, lo cual “esto no es nuevo para nosotros”
Cabello remarcó que se produjo uno de los hechos más importantes en la historia de Venezuela como fue la unión cívico militar, nuestro pueblo unido pidiendo se le devolviera al comandante Chávez, acotó.
El 12 de abril de 2002 miles de venezolanos, hombres y mujeres, reclamaban en las calles, en medio de la confusión, la liberación del jefe de Estado que por varias horas permaneció secuestrado en lugar desconocido, mientras la derecha revertía a golpes de plumazo la incipiente Revolución.
Una masa compacta de pueblo comenzó a descender de los barrios populares de Caracas y a gritos de ““Chávez, amigo, el pueblo está contigo” y “Chávez no renunció, lo tienen secuestrado”, exigieron su liberación en los alrededores del Palacio de Miraflores, sede de Gobierno.
Al día siguiente, el líder bolivariano diría al pueblo que “después de esta jornada memorable, histórica, imborrable, si ayer los amaba, hoy los amo muchísimo más. Amor con amor se paga”.
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