Al citar al Diario Oficial, el portal G1 asegura que tal decisión fue adoptada tras seis sociedades médicas divulgar una carta conjunta pidiendo que el CFM regulase la medida, al alertar sobre evidencias científicas actuales de graves afectaciones para la salud humana.
Los esteroides anabólicos son drogas, administradas principalmente por vía oral o inyectable, que se asemejan a la testosterona u otros andrógenos (hormonas masculinas producidas en los testículos).
Por lo tanto, también se llaman esteroides androgénicos y anabólicos.
En algunos casos, como en las personas con hipogonadismo masculino (un problema en la producción de testosterona) y aquellos con ciertos tipos de cáncer de mama, estos medicamentos suelen ser recetados.
Sin embargo, los esteroides anabólicos también se utilizan indebidamente con fines estéticos, para la ganancia de masa muscular, una práctica que no tiene una prueba científica y está asociada con varios riesgos.
La hipertrofia muscular (el aumento de tamaño de los músculos) ocurre porque los anabólicos promueven el crecimiento celular y su división, que lleva al consecuente aumento en el tamaño del músculo.
No obstante, tal práctica conlleva varios riesgos de salud potencialmente graves, incluyendo lesiones hepáticas, que pueden ser fatales.
«El gran problema es que, para fines estéticos, esas sustancias suelen ser utilizadas en altas dosis y tienen una procedencia dudosa en su fabricación», explica Sergio Pessoa, presidente de la Federación Brasileña de Gastroenterología, una de las entidades que firmó la misiva al CFM.
Además, de acuerdo con la legislación brasileña, estos medicamentos están bajo control especial y solo pueden venderse en farmacias y droguerías con receta médica.
En una nota publicada este martes, el CFM destacó además que no existen estudios clínicos «de buena calidad metodológica» que demuestren la magnitud de los riesgos asociados al uso de las drogas en niveles superiores a los fisiológicos, tanto en hombres como en mujeres.
Además de mencionar esos riesgos, en el contenido enviado al CFM, las entidades médicas resaltaron que sus socios especialistas y asociados viven cotidianamente «un número creciente de complicaciones por el uso indebido de las hormonas».
Paralelamente, resulta creciente y preocupante la diseminación de publicaciones, en redes sociales, haciendo apología de su uso, «transmitiendo una falsa práctica y seguridad en su prescripción, poniendo en riesgo la salud de la población», alerta el documento.
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