Said Abu Ali, subsecretario general para Asuntos de Palestina y de los Territorios Árabes Ocupados de esa institución regional, denunció en un comunicado que las acciones israelíes impiden la libertad de acceso de los fieles y la realización de sus oraciones y rituales religiosos.
Los ataques terroristas contra lugares sagrados islámicos y cristianos confirman la naturaleza colonial, racista y fascista de la potencia ocupante, afirmó Abu Ali.
Asimismo, criticó los intentos de ese país de cambiar el estatus histórico y legal de la zona ocupada de Jerusalén, “en el marco de su guerra contra la existencia y los derechos palestinos”.
El funcionario advirtió sobre las repercusiones de la escalada contra los templos cristianos, incluida la restricción del derecho a acceder libremente este sábado a la Iglesia del Santo Sepulcro.
En vísperas de la Pascua ortodoxa, miles de fieles se reúnen desde hace cientos de años en ese recinto para realizar el llamado rito del fuego sagrado.
Durante la celebración las luces del lugar son apagadas, y los presentes prenden sus velas hasta quedar iluminado todo el templo, en un colorido espectáculo realizado desde el siglo XII.
Este año, la policía israelí ordenó que solo mil 800 cristianos ortodoxos y armenios puedan participar en el ritual, escoltados por unos 200 agentes de las fuerzas de seguridad.
Ante esa situación, el Patriarcado Ortodoxo Griego de Jerusalén denunció las “restricciones irrazonables”, una critica respaldada por el Patriarcado Armenio de la llamada Ciudad Santa.
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