Las obligaciones familiares y laborales demandan tiempo y estas atentan en cierto modo y en ocasiones contra el descanso, elemento que también deben contemplarse en esta problemática de salud, puntualizaron los investigadores de la Universidad de Pensilvania y de Louisville, Estados Unidos.
Alertaron que los entornos cambian rápidamente debido a la creciente urbanización y al cambio climático, elementos que se suman a los factores negativos que impiden conciliar un sueño reparador.
Un descanso de duración inadecuada e insuficiente debido a interrupciones frecuentes, afecta a la productividad laboral y la calidad de vida, subrayaron los especialistas citados por la revista Sleep Health.
Cuando se duerme mal existe un mayor riesgo de enfermedades crónicas, como cardiopatías, diabetes de tipo 2, depresión y demencia.
Descubrieron que el ruido elevado se asociaba con un descenso del 4,7 por ciento en la eficiencia del sueño, el dióxido de carbono un cuatro y la temperatura 3,4.
Los científicos aclararon que la humedad relativa y la presión barométrica, no parecían tener una relación significativa con la eficiencia del sueño.
Comentaron que muchas personas se acostumbran al entorno de su dormitorio, y piensan que no tienen que mejorarlo, sin saber que su sueño puede o sufre perturbaciones en las noches.
jha/joe