La propuesta del ejecutivo, actualmente en consulta, consistiría en incrementar ligeramente el precio del agua o los refrescos embotellados en envases de plástico y ofrecer al consumidor la posibilidad de recuperar ese sobrecoste devolviéndola la botella vacía a una máquina automática para que pueda ser reciclada.
Para los alcaldes, responsables de la gestión de residuos, esta fórmula no acabará con el problema, y según consideró Jean-Francois Debat, primer edil de Bourg-en-Bresse, la propuesta “es una estafa intelectual” porque “las botellas no serán reutilizadas sino destruidas” para acabar exactamente en el mismo lugar que cuando se tiran al actual contenedor de recogida selectiva
Por ello, la AMF consideró que el beneficio ecológico de los depósitos sería “casi cero», y recordó que las botellas de plástico suponen en Francia “menos del 1 por ciento de los residuos domésticos, que ascienden a 39 millones de toneladas, y figuran entre los residuos plásticos mejor reciclados, con una tasa de reciclado del 70 frente al 23 por ciento de los demás residuos plásticos”.
Pero además, la asociación señaló que “no todas las botellas serán necesariamente devueltas”, sobre todo en las zonas rurales, y mientras los beneficios para la industria de bebidas serían de 400 millones de euros, las pérdidas para las autoridades locales alcanzarían los 320 millones de euros, en maquinaria y centros de clasificación específicos.
Para el gobierno el objetivo, fijado por la Unión Europea, es de conseguir de aquí a 2029 que el 90 por ciento de las botellas de plástico sean recicladas, pero por el momento esta cifra se encuentra en el 60 por ciento ya que los envases de plástico no se recogen ni se clasifican en la mayoría de los contenedores de la calle ni en los lugares de trabajo.
Por esa razón la AMF presentó 14 propuestas, entre ellas promover el consumo de agua del grifo para reducir a la mitad el número de botellas de plástico de aquí a 2030, aumentar la frecuencia de recogida y establecer una recogida selectiva de todos los envases consumidos fuera del hogar.
Aunque la medida de recurrir a contenedores para botellas de plásticos fue retirada de la Ley de residuos para una economía circular en 2020, la AMF teme que el gobierno vuelva a imponerla mediante decreto, sin contar con el Parlamento, como recientemente hizo con la reforma sobre la jubilación.
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