La nota distribuida en esta capital señala que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) Bati Vinos, Rodrigar Bodega, Bodegas Nory y Vinos Rubio, mostraron la fuerza y el interés de los cubanos para elaborar, producir y comercializar vinos.
Dichas firmas aparecieron en la reciente (17-19 de abril) Feria de Emprendedores que durante tres días se realizó en los salones del capitalino Pabellón Cuba, organizado por el Proyecto de Desarrollo Local Armonía, la Dirección de Cultura de Plaza de la Revolución, la Asociación Hermanos Saiz (AHS), entre otras instituciones.
Las iniciativas lograron acaparar la atención de los visitantes nacionales y foráneos dada la calidad de sus productos.
Keiler Rodríguez, propietario de Rodrigar Bodega, informó que su negocio surgió en Tres Palma, un pequeño pueblo de Sancti Spíritus (centro), del cual es originaria su familia, y que en 2015 se trasladó al municipio La Lisa de La Habana donde estableció una nueva infraestructura tecnológica y comercial para crear y producir vinos.
En 2022, aseguró, nace la marca Rodrigar y trabajan con una gran variedad de uvas sembradas y cultivadas en el país bajo condiciones climáticas muy específicas, las cuales una vez seleccionadas son sometidas a procesos de maceración y fermentación bajo estrictos protocolos de calidad para luego ser añejadas en botellas reutilizadas.
Actualmente, sentenció, la capacidad de producción de esa pequeña entidad permite insertarse en cadenas de distribución y comercialización a lo largo de todo el país.
La firma, como ejemplo, contiene una cartera de productos de tres líneas de las variedades de uva Tempranillo, Arañón, e Italia Blanca, procedentes de una granja en Güira de Melena (Artemisa) y otros sembrados en la occidental provincias Pinar del Rio (occidente).
Esas producciones apuntan a vinos finos, frutales y gastronómicos, y con las cuales se obtienen tinto, blanco, rosado y moscatel, entre otros, así como vinagre y vino seco.
Ya esa marca está registrada por la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial (OCPI) y certificada por el Instituto Nacional de Higiene y Epidemiologia (INHEM), y esperan el análisis del laboratorio de vinos del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL).
Adelantó asimismo el también presidente del Club de Enólogos de La Habana La Giraldilla que está en proceso de construcción de su cava climatizada, la cual espera culminar para mayo.
Por su parte, Daniel Batista lidera el negocio familiar Batis Vinos, quien admitió que su bodega nació hace dos años en la capital, en el municipio Cerro, y aprovecha las botellas de desecho con las que produce vinos tintos, Flor de Jamaica, Jengibre, Sangría, y vinagre.
Otro de los productores es Laima Cabrales, especialista comercial Bodegas Nory, mipyme especializada en la elaboración artesanal de vinos con frutas tropicales exóticas cultivadas en Cuba, afirmó que con sede en Cienfuegos (centro-sur) busca mediante sus vinos ofrecer un sabor que identifique a la nación.
Estas y otras novedades buscan fortalecer los valores agregados del turismo insular en este caso a partir de vinos artesanales que aprovechan denominaciones como vinos tintos, rosados, blancos, dulces, secos y semi secos con frutas tales como cereza, fruta bomba, guayaba, uva y otras.
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