Aunque el número total de casos de paludismo o malaria en la región se disparó entre 2015 y 2019, los esfuerzos de los 18 países endémicos parecen haber dado resultados positivos, y en 2021 fueron notificados 520 mil contagiados, 13 por ciento menos que en el año anterior, señaló el directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Añadió que la cantidad de muertes también disminuyó, de 197 en 2019 a 120 en 2021.
En 2018, Paraguay recibió la certificación de país libre de malaria, seguido de Argentina (2019) y El Salvador (2021), en tanto Belice está en vías de lograrla, luego de no registrar casos de este mal en los últimos tres años.
«Disponemos de las herramientas necesarias para ofrecer diagnóstico, tratamiento y prevención altamente eficaces, pero tenemos que intensificar nuestros esfuerzos y adaptar la respuesta a los entornos específicos», consideró Barbosa en un mensaje en ocasión de celebrarse hoy el Día Mundial del Paludismo.
Enfatizó que para hacerlo y avanzar hacia la eliminación de la malaria, los países deben implicar a las comunidades locales, reforzar la atención primaria de salud y garantizar una financiación sostenible.
La malaria es una enfermedad aguda causada por un parásito Plasmodium, transmitido por la picadura de un mosquito Anopheles infectado.
Los síntomas, como fiebre, dolor de cabeza y escalofríos, aparecen entre 10 y 15 días después de la picadura y pueden ser leves, pero, de no tratarse, podrían evolucionar a enfermedad grave y ocasionar la muerte.
La insuficiente disponibilidad de servicios de salud contra la malaria en áreas remotas endémicas afecta la respuesta a la enfermedad, según los expertos de la OPS.
El lema de este año “Es hora de lograr el paludismo cero: invertir, innovar, implementar”, pone de relieve la importancia de intervenciones sostenidas y diseñadas especialmente para llegar a las comunidades vulnerables.
Erradicar la malaria es posible, afirmó Barbosa, quien apuntó que “urge movilizar recursos y apoyos hacia su eliminación en las Américas».
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