La agencia de inteligencia nacional del país, la BfV, afirmó en un comunicado que la posición de Alternativa Junge se volvió más radical, al contradecir los principios del orden constitucional libre y democrático de la nación, destacó la televisión en esta capital.
AfD propaga un concepto racial de la sociedad que se basa en supuestos biológicos básicos, postula una nación que es lo más etnoculturalmente homogénea posible, excluye a los inmigrantes de origen no europeo, indicó la agencia.
Según la BfV, la extrema derecha Alternativa Junge y sus miembros aumentaron su propaganda contra los refugiados y los migrantes, a menudo con argumentos xenófobos e islamófobos, y describen a ciudadanos con antecedentes migratorios como alemanes de segunda clase.
Además de ella, otros dos grupos, el Instituto de Política Estatal (Institut für Staatspolitik) y la asociación One Percent (Ein Prozent), también fueron clasificados como entidades de extrema derecha.
La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, subrayó que las autoridades tomaran medidas enérgicas contra los grupos racistas y antidemocráticos.
No solo los extremistas de derecha orientados a la violencia son peligrosos, sino también los pirómanos intelectuales que preparan el terreno para la violencia, y nadie debería subestimar este peligro, expresó.
La político socialdemócrata advirtió que los grupos de extrema derecha recién formados intentan presentarse como modernos, pero representan una seria amenaza para el sistema democrático.
El AfD ganó popularidad durante la crisis de los refugiados en 2015 y entró al parlamento por primera vez en 2017, con más del 12 por ciento de los votos.
Los críticos acusan al partido de extrema derecha de alimentar la xenofobia y el racismo antimusulmán en Alemania, lo que provocó un aumento de la violencia extremista en los últimos años.
El partido tiene 78 legisladores en el parlamento federal y vota alrededor del 15 por ciento en encuestas recientes.
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