En un encuentro realizado en la noche de este jueves en Quito, integrantes de colectivos de la sociedad civil y diplomáticos resaltaron la importancia de formar parte de esa entidad que ha tomado fuerza en los últimos tiempos con el regreso de Brasil y Argentina.
En representación de la Coordinadora por la Paz, la Soberanía, la Integración y la No Injerencia (CPAZ), Marcelo Orellana afirmó que los países latinoamericanos tienen una historia común y Unasur es una herramienta geopolítica para poner fin a la colonización.
Orellana subrayó que la organización regional permite la convergencia de los pueblos del área alrededor de objetivos comunes, como la búsqueda de justicia social, y posibilita fomentar la identidad latinoamericana.
El representante legal de Venezuela ante Unasur, Elvis Urbina, aseguró que a pesar de los «días oscuros”, ese organismo nunca dejó de tener vigencia desde el punto de vista del derecho internacional.
Se refirió a la necesidad de buscar mecanismos de consulta popular para que la decisión de pertenecer o no al bloque suramericano no dependa de la decisión de un mandatario, sino de los pueblos.
Otro de los presentes en el conversatorio fue el representante de Ecuador ante Unasur entre 2013 y 2016, Jorge Acosta, quien recordó cómo hace unos años la integración incomodaba porque ponía en riesgo el proyecto neoliberal y corporativo.
Aunque reconoció problemas internos del bloque, como la comunicación, destacó sus logros en materia de cooperación económica, energética, política y de salud.
La exparlamentaria andina Rosa Mireya Cárdenas calificó el actual contexto como un segundo aire para dar sustento a cualquier proceso integracionista y sentenció que el Estado ecuatoriano debe volver a ser parte de Unasur.
En 2019, por decisión del entonces mandatario Lenín Moreno, Ecuador salió del bloque y el edificio construido para su sede, ubicado justo en la mitad del mundo, está totalmente abandonado.
Urbina comentó cómo gracias a la actitud del gobierno de Argentina los bienes patrimoniales de esa institución se encuentran preservados en la Casa Patria Grande, en Buenos Aires.
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