Mediante un comunicado conjunto, los diplomáticos recomendaron asegurar la elección de un mandatario capaz de unir al pueblo libanés y trabajar con la comunidad internacional en el interés nacional.
En ese sentido, puntualizaron que la ausencia de un presidente y un gobierno real es uno de los mayores obstáculos para una reforma completa y efectiva, a la luz del deterioro económico.
La declaración, con motivo del primer año de un acuerdo a nivel de expertos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), mostró preocupación sobre el progreso limitado en la implementación de un paquete de acciones previas antes de proporcionar más de tres mil millones de dólares en ayuda.
A propósito, el texto indicó que la ley de secreto bancario es insuficiente y pidió a las autoridades trabajar para auditar a los principales bancos de Líbano y estandarizar los tipos de cambio.
Los firmantes consideraron que el país enfrenta una de las peores crisis económicas de la historia contemporánea, debido entre muchos factores a una inflación superior al 180 por ciento y la reducción de las reservas externas del Banco Central.
Ante este panorama, convocaron a todos los líderes a la responsabilidad y la urgencia para impulsar un programa de reformas estructurales críticas con el fin de permitir que Líbano se levante.
En abril del pasado año, el país acordó con el FMI implementar una lista de 10 reformas para obtener un apoyo financiero y frenar el colapso de su economía, que arrastra a ocho de cada diez ciudadanos a la pobreza.
A casi seis meses de vacío de poder, Líbano sortea las problemáticas de la no elección del presidente de la República, en ausencia de consenso político y bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales.
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