Esta situación aumentó la incertidumbre en torno a la magnitud de la subida de tasas de interés que el Banco Central Europeo (BCE) prevé para la próxima semana.
Los datos preliminares mostraron que el Producto Interno Bruto (PIB) de la zona euro creció 0,1 por ciento en el primer trimestre, por debajo de las expectativas del 0,2.
Por demás, las dos mayores economías de la región de moneda única, Alemania y Francia, se estancaron o apenas crecieron, mientras las española e italiana se expandieron más de lo esperado.
El euro descendió 0,4 por ciento, a 1,0985 dólares, pero se mantenía cerca de su reciente máximo de un año, animado por las expectativas de que el BCE aún tiene que subir más las tasas de interés.
Frente al yen, el euro tocó brevemente su nivel más alto desde diciembre de 2014 en 149,50 yenes, después de que el Banco de Japón mantuvo sin cambios su política monetaria ultra laxa, aunque abandonó su promesa de mantener las tasas de interés bajas.
El yen también descendió con fuerza frente al dólar, 1,55 por ciento a 136,11 yenes, su mínimo desde el 10 de marzo. Y el dólar estadounidense subió apoyado por datos que apuntan a una inflación aún estancada en Estados Unidos.
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