Para Yang esa expresión artística es la llave que abre la comunicación de los seres humanos con la naturaleza y los demás seres vivos.
“El lenguaje corporal es la forma más instintiva de comunicación que tiene la humanidad. Ya como recién nacidos usamos nuestras manos y pies para realizar gestos similares a la danza, incluso antes de aprender a pronunciar una palabra. Es entonces cuando surge la danza de esta lengua primitiva”, indicó al abrir la misiva.
Yang relató su vínculo con el arte desde temprana edad y la importancia concedida a los bailes tradicionales de China, que la inspiró para llevar a escena obras como la Yunnan Impression, el Tibetan Riddle y la Pingtan Impression, entre otras.
“Heredamos todas ellas de nuestros ancestros, lo cual implica que se requiere de nuestro esfuerzo para que sean preservadas y presentadas al resto del mundo”, acotó.
También convocó a colegas de todo el planeta a escuchar con mayor atención a las alegrías y tristezas del mundo, y utilizar la danza para completar el diálogo sostenido con la naturaleza y la vida por miles de años.
“Continuaré compartiendo nuestra cultura dancística e invito a todos los bailarines del mundo que aman la danza y que expresan sus emociones a través de ella a que bailemos unidos para transmitir nuestro amor y alabanza al cielo y a la tierra. La vida nunca termina y la danza nunca cesa», concluyó.
Yang Liping es una de más icónicas bailarinas de China y, aunque no tuvo formación formal, desde 1986 ganó amplio reconocimiento dentro y fuera de su tierra natal por la elegancia y la estética de sus movimientos.
El Día Internacional de la Danza se celebra cada 29 de abril desde que fue establecido en 1982 por el Comité Internacional de la Danza del Instituto Internacional del Teatro, como homenaje al maestro Jean-Georges Noverre.
El francés nació en esta fecha de 1727 y se le considera el creador del ballet moderno.
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