Precisó la información que el país compra en el exterior más de 35 mil toneladas de ropa usada, algo que permite una oferta variada e incluso piezas que pueden ir desde 25 centavos hasta 20 dólares la unidad.
El estudio mostró que este comercio también se da en Guatemala, Honduras y Costa Rica, países donde genera importantes beneficios para los consumidores y las cuentas fiscales de cada país. La investigación de la empresa encontró que el comercio internacional de ropa usada mueve entre mil 500 y tres mil 400 millones de dólares, con un intercambio de más de cuatro millones de toneladas, pese a que solo una cuarta parte del vestuario se utiliza para su reutilización y, de esa cuota, un 40 por ciento ingresa en el mercado.
Este tipo de comercio ubica a El Salvador en el puesto número 23 en el ranking de importadores de ropa usada en el mundo, con una cuota de apenas 1,9 por ciento. Además, las compras para el mercado salvadoreño crecieron un 37,2 por ciento en cuatro años, desde las 25 mil 719 toneladas que se recibieron en 2018.
En el comercio de vestuario cabe destacar que en la economía local la exportación de textiles ocupa un lugar importante pues, por ejemplo, en el año 2022 vendieron pocos más de mil 401 millones de dólares en prendas y complementos de vestir, como camisetas, calcetines y ropa íntima.
La mayoría de las importaciones de ropa usada procede de Estados Unidos, a donde también se destina la gran parte de las exportaciones textiles y de confección de la industria salvadoreña.
La pesquisa de Garson & Shaw estimó que en la actualidad el comercio de ropa usada genera 221 mil 961 empleos en El Salvador y llegarán a 408 mil 374 dentro de dos décadas.
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