Oropesa, detenido la noche del martes después de una pista que condujo a su paradero, recibirá en corte la lectura de cargos de asesinato en su contra, dijo a la CNN una fuente de la Oficina del Fiscal de Distrito del condado de San Jacinto.
Por su parte, el sheriff del condado, Greg Capers, notificó que la detención ocurrió en una vivienda situada a pocos kilómetros de la residencia de Cleveland (Texas) donde se produjo el ataque el viernes pasado.
Oropesa —de nacionalidad mexicana— reaccionó con violencia luego de que se le pidiera que dejara de disparar su rifle al aire libre cerca de una casa cercana a la suya.
Wilson García, cuya esposa e hijo perdieron la vida en el ataque, relató a la televisora que él y otras dos personas le solicitaron a Oropesa que disparara en otro lugar porque el ruido despertaría al niño.
Sin embargo, el implicado se negó y abrió fuego en la vivienda donde estaba reunida la familia de García.
Las víctimas, todas de nacionalidad hondureña, fueron identificadas como Sonia Argentina Guzmán (esposa de García), de 25 años, y su hijo Daniel Enrique Laso-Guzmán, de nueve; Diana Velázquez (21); Julisa Molina (31), y José Jonathan Cásarez (18).
Además del sospechoso, se realizaron «varias detenciones» relacionadas con la masacre, señaló el ayudante del sheriff de San Jacinto, Tim Kean.
En Estados Unidos, país donde cualquier persona porta un arma de fuego, puede resultar fatal tocar el timbre de la puerta equivocada, acceder por error a la entrada de una vivienda o a un carro estacionado en un parqueo, y como ahora, que un individuo decidiera matar por sentirse molesto con sus vecinos.
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