Bajo el colimador de los hacedores de política de partidos como Vamos, Nuestro Tiempo (NT), Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y Alianza Republicana Nacionalista (Arena), entre otros, que se mueven desde la derecha hasta la izquierda, el logro de un contrapeso en el Parlamento es objetivo por cumplir.
Aunque en política todo es posible, ya muchos dan por hecha la reelección de Bukele, y fijan la mirada en alcanzar una Asamblea plural que rompa la avasalladora mayoría que tiene NI (56 diputados de 84, mas aliados) que les permita balancear lo que se aprueba en el foro que abre las llaves de todo lo que pasa en el país, ya sea en el plano económico, político y social.
En la legislatura actual el jefe de fracción de NI, Christian Guevara, promovió la destitución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y la «gobernabilidad» que otorgaron a Bukele como sus mayores logros, según reseño el diario La Prensa Gráfica (LPG)
Mientras en una visita a la colonia La Campanera, en Soyapango, en esta capital, el presidente de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, abordó la “carta blanca” que tienen para promover sus políticas “hasta el último día de abril de 2024”, fecha en que concluye la legislatura actual.
A nueve meses de las elecciones de diputados de la Asamblea Legislativa, el 4 de febrero de 2024, y a ocho meses de la misma elección por salvadoreños en el exterior, del 6 de enero al 4 de febrero de 2024, NI persistirá en mantener la hegemonía que le da la mayoría para imponer las leyes.
Al respecto, los opositores se recienten de ese avasallamiento y acusan a los diputados Cian (el color que identifica a la toda) de baja productividad, falta de estudio a las leyes aprobadas y un alto nivel de endeudamiento, así como la supresión de iniciativas presentadas por partidos minoritarios como el común denominador en los dos años de gestión en la Asamblea Legislativa
El jefe de la bancada del FMLN, Jaime Guevara, opinó que la mayor parte de iniciativas en el pleno no se discuten en las comisiones y avanzan directo al pleno donde son aprobadas por dispensa de trámites, lo que impide su estudio y debate, en violación del proceso que dicta el reglamento interno del foro, sobre todo cuando se trata de deuda.
Una recopilación elaborada por LPG reveló que la Asamblea Legislativa aprobó al menos 300 iniciativas con dispensa de trámite, un mecanismo que suprime la discusión en comisiones y el mínimo debate público, algo que impone la mayoría.
A esas críticas se unió el otro extremo el arcoíris político, Arena (derecha), cuyo jefe en el parlamento, René Portillo, ejemplificó que su partido presentó alrededor de 210 iniciativas de ley pero muy pocas fueron retomadas y las que lo fueron avanzaron como si fueran propuestas desde el gobierno.
Otra voz discordante, la diputada Claudia Ortiz, de Vamos, dijo que en estos dos años, “con un solo escaño, hemos logrado poner sobre la mesa las exigencias de la gente; algo que no ha conseguido Nuevas Ideas ni con 56 escaños».
Durante este tiempo fue evidente “el viraje” dado al Poder Legislativo para ponerlo a merced de los objetivos y necesidades del Poder Ejecutivo, algo que hoy se convierte en la meta primaria de los grupos opositores y de la sociedad civil que aspira a tener un foro donde prime la representatividad de todos los sectores del país y no uno solo que imponga su posición.
En la mirilla de los opositores está llevar al Parlamento el balance y representatividad necesaria para que «el soberano» sienta que sus aspiraciones e intereses se toman en cuenta, más cuando hay sectores que estiman que el actual es “un gobierno de élites”.
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