Según fuentes del Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo, la visita de Lula al país europeo incluye también una reunión bilateral, prevista para mañana, con el primer ministro británico, Rishi Sunak.
A finales del año pasado, Sunak reemplazó a Liz Truss, cuando renunció después de solo 45 días en el cargo.
El 6 de marzo, Lula conversó por teléfono con la majestad británica sobre acuerdos entre los dos países y asuntos climáticos.
«Acabo de hablar por teléfono con el rey Carlos III. Hablamos acerca de la voluntad de profundizar alianzas y discusiones entre nuestros países sobre la cuestión climática y protección del medio ambiente», escribió en la ocasión el exsindicalista en una red social.
En la plática abordaron asimismo la invitación a Lula para participar en la investidura del soberano y la reina consorte, Camilla Parker Bowles, programada para celebrarse el 6 de mayo en la Abadía de Westminster, en Londres.
Automáticamente, Carlos III se convirtió en rey después de la muerte de su madre, la reina Isabel II, el 8 de septiembre de 2022.
El evento del sábado será conducido por el arzobispo de Canterbury, jefe espiritual de la Iglesia anglicana.
La abadía, cuyas conexiones reales son extensas, fue el escenario para los servicios funerarios de Isabel II y también fue donde el hijo de Carlos III y ahora heredero al trono, el príncipe Guillermo, se casó con su esposa Kate.
Para la población, el auge de las celebraciones debe ser solo el 7 de mayo: un concierto, en el Castillo de Windsor, que reúne a estrellas británicas e internacionales de la música y la danza.
Carlos III es rey y jefe de Estado no solo del Reino Unido, sino de otras 14 naciones de la Commonwealth, incluyendo Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Jamaica.
Medios periodísticos aseguran que el soberano percibe una gran ola de apoyo desde que sucedió a su madre en el trono.
Sin embargo, algunos de los que lamentan la muerte de la reina advierten que debe seguir su modelo y mantener sus opiniones para sí mismo.
Desde que se convirtió en monarca, Carlos III, de 74 años, afirmó repetidamente que seguiría el ejemplo de su progenitora.
Pero, en su primer discurso televisado, aclaró que su papel no sería el mismo ahora que es rey.
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