El Comité organizador de la cita reportó esa cifra, tras calcular el margen entre los dos mil 240 millones de dólares en gastos y los dos mil 290 millones de dólares en ingresos.
Según detalló, las mayores fuentes de dividendos llegaron por los negocios nacionales que tenían contratos con el Comité Olímpico Internacional (COI) para la comercialización de productos vinculados al evento, los servicios de patrocinio y los derechos de transmisión.
Mientras, el presidente del COI, Thomas Bach, dijo que su entidad donará a China los más de 10 millones de dólares que le corresponden de las ganancias de Beijing 2022, con el propósito de contribuir al desarrollo del movimiento deportivo nacional.
El certamen invernal sesionó entre febrero y marzo del año pasado, fue evaluado de exitoso por las medidas sanitarias y también trascendió por su énfasis en la sostenibilidad y la protección del medioambiente.
Ello implicó la reutilización y reconversión de seis instalaciones levantadas 14 años atrás, innovaciones científicas y tecnológicas de bajo consumo de carbono, conservación de los ecosistemas locales, reforestación y creación de beneficios a largo plazo para las comunidades y economías locales.
Por primera vez en un certamen olímpico todas las sedes y el transporte funcionaron con energía renovable y los sistemas de refrigeración natural con CO2 se utilizaron en cuatro pistas de hielo.
Precisamente ese enfoque sostenible contribuyó al gasto de apenas dos mil 240 millones de dólares, muy por debajo del presupuesto de PyeongChang 2018 (casi 13 mil millones de dólares) y de Sochi 2014 (50 mil millones de dólares).
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