Un comunicado de prensa de la entidad alertó sobre el aumento de las muertes por sobredosis en el país y consideró limitados los servicios de atención, así como las estrategias para la reducción de los daños que causa ese hábito a las personas.
Recordó que mediante el proyecto “Príncipe” el centro de orientación ofrece ayuda, aunque insuficiente, a los pacientes residentes en Santo Domingo, la capital, y Santiago de los Caballeros, la segunda ciudad más poblada del país.
Al respecto, puntualizó que esta consiste en la realización de pruebas de VIH, la provisión de condones y charlas educativas, entre otras.
Por su parte, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH (Onusida) alentó a la extensión de los servicios, sobre todo en los centros penitenciarios.
Onusida recordó el proyecto piloto realizado aquí en 2017 desde el Centro de Atención Integral a las Dependencias para la provisión de terapia sustitutiva de opioides.
Sin embargo, dijo, con omisión de algunas acciones puntuales, República Dominicana está lejos de contar con programas extendidos para la disminución de daños, debido a las limitaciones de la ley vigente sobre Drogas y Sustancias Controladas.
El organismo precisó que el concepto de “reducción del daño” hace referencia a un conjunto de estrategias e ideas prácticas, destinadas a aminorar las consecuencias negativas asociadas con el consumo de estupefacientes.
Explicó que el mismo parte de la idea de que no todas las personas están listas para “romper” en un momento dado con esas sustancias químicas.
De de ahí que se busca, acotó, el acceso de ese grupo de la población a programas encaminados a cuidar de su salud y evitar infecciones por VIH o Hepatitis C.
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