Alrededor de 40 por ciento de los habitantes de Sri Lanka redujeron sus gatos en educación y salud como estrategia de supervivencia a la difícil situación, reveló el Banco Central del país asiático en su reciente informe anual.
En el texto, la entidad bancaria expuso el alcance de la peor crisis económica que sufrió esa nación en más de 70 años, que condujo a una caída del valor de los salarios haciéndolos insuficientes para enfrentar el creciente costo de alimentos, combustible y otros bienes esenciales.
De igual modo, alertó sobre el impacto negativo de medidas de subsistencia como la reducción de gastos en educación y salud, pues, señaló, podría conducir eventualmente al deterioro de las condiciones nutricionales y el bienestar a largo plazo.
Al respecto, la Oficina de Salud Familiar del Ministerio de Salud, afirmó que el estado nutricional de los menores de cinco años se deterioró en 2022 cuando la crisis se encontraba en sus niveles más álgidos.
En su evaluación periódica, el órgano oficial detectó un empeoramiento en aspectos como retraso en el crecimiento, síntomas de adelgazamiento y bajo peso.
De igual modo, la encuesta de Seguridad Alimentaria de Hogares Remotos del Programa Mundial de Alimentos, efectuada en las nueve provincias, arrojó que el 68 por ciento de la población adoptó estrategias de afrontamiento que provocaron un aumento de la desnutrición infantil.
En ese sentido, la agencia internacional afirmó que es evidente que las anomalías nutricionales en el país persisten aún con los esfuerzos de intervención del gobierno y auguró una profundización de las desigualdades si no se aborda la problemática de manera cohesiva.
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