El coordinador humanitario de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios en Sudán del Sur, Peter Van der Auweraert, declaró que una cifra elevada de personas se desplaza a través de la norteña ciudad de Renk, en el estado de Alto Nilo, y otras demarcaciones.
La fuente advirtió que la gente llega a zonas limítrofes entre Sudán del Sur y Sudán de muy difícil acceso, con peligro de inundaciones por lluvias en los próximos días, lo que dificultaría la ayuda humanitaria.
Medios locales de prensa reflejaron a comienzos de este mes, que, según estimaciones de Naciones Unidas, más de 175 mil sursudaneses podrían retornar desde Sudán a este territorio africano hasta agosto próximo, por lo que para socorrerlos se necesitarían unos 95 millones de dólares.
Actualmente Sudán acoge a 1,1 millones de refugiados, de los cuales los sursudaneses representan más del 70 por ciento (unos 800 mil), seguidos por 126 mil de origen eritreo (11 por ciento), apuntaron expertos de la ONU.
De acuerdo con datos de Naciones Unidas, la situación se agrava en Sudán del Sur, en un contexto en que tres cuartas partes de los 12 millones del total de habitantes padecen inseguridad alimentaria.
Los nuevos enfrentamientos en el contiguo Sudán se desataron al calor de la rivalidad entre el presidente del Consejo Soberano de Transición, general Abdel Fattah al-Burhan, y el jefe de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido, Mohamed Hamdan Dagalo.
En tanto al-Burhan abogó por incorporar a las RSF al Ejército, su contrincante Dagalo rechazó esa petición al parecer para mantener el control sobre el considerado poderoso ente paramilitar.
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