En el contexto de la Conferencia Internacional de Salud Materna y Neonatal, la OMS lanzó su primer marco integral sobre la reducción de la anemia, que establece formas de abordar las causas directas, los factores de riesgo y las amplias desigualdades sociales que son sus impulsores fundamentales.
El organismo destacó que el progreso en la reducción de la anemia ha sido lento y el mundo no está en camino de alcanzar la meta mundial.
La anemia es un grave problema global de salud pública que afecta a 571 millones de mujeres y 269 millones de niños pequeños en el planeta.
Según datos oficiales, en 2019 la anemia afectó al 40 por ciento de los niños de seis meses a cinco años, al 37 por ciento de las embarazadas y al 30 por ciento de las mujeres de 15 a 49 años, siendo más prevalente en países de bajos y medianos ingresos.
La anemia aumenta el riesgo de infecciones y muerte, impacta el rendimiento cognitivo y causa fatiga extrema, resultados de embarazo deficientes, pérdida de ingresos y crecimiento y desarrollo deficientes.
“La mayor parte del trabajo para abordar la anemia se ha centrado en la prevención y el tratamiento de la deficiencia de hierro”, dijo Francesco Branca, director del Departamento de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS.
Sin embargo, precisó, la anemia es una afección compleja con múltiples causas, incluidas otras deficiencias nutricionales, infecciones, inflamación, afecciones ginecológicas y obstétricas y trastornos hereditarios de glóbulos rojos, todos los cuales deben abordarse para prevenir y tratar eficazmente este padecimiento.
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