Añadió que «este es un primer paso, al que seguirán otros, al nivel del Gobierno y el Parlamento».
Para Grosu, haber pertenecido a la CEI no significó ningún beneficio para su país, e incluso argumentó que en estos momentos Moldavia no posee fronteras con esa comunidad.
«En la próxima reunión del Parlamento propondré al primer ministro Dorin Recean la terminación del acuerdo de adhesión de Moldavia a la Asamblea Parlamentaria de la CEI», adelantó.
El pasado mes, Chisinau anunció oficialmente que dejaba de financiar la cadena televisiva de la CEI, Mir, de la que es uno de los 10 miembros fundadores, y hace unos días, los legisladores votaron por terminar el acuerdo sobre las operaciones de este medio de comunicación en territorio nacional.
Desde 2022 Moldavia no asiste a las reuniones de la CEI ni a las de la Unión Económica Eurasiática, en la que posee el rango de observador.
Creada en 1991 tras la disolución de la Unión Soviética, la CEI incluye actualmente a nueve miembros: Azerbaiyán, Armenia, Belarús, Kazajstán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.
Ucrania y Turkmenistán llevan años sin participar en las reuniones comunitarias y, según el sitio web de la CEI, pertenecen a la categoría de estados fundadores.
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