La producción obtenida esta vez será similar a las anteriores, aunque el dato final se confirmará más adelante por medio de una trazabilidad de números, declaró a la prensa el presidente de la Asociación nacional del edulcorante (Asazgua), Alfredo Vila.
Los rendimientos continuaron competitivos, entre 109 a 113 toneladas de caña por hectárea, mientras la eficiencia industrial va de 11 enteros a 13, subrayó la autoridad.
Ello se debe a que las fábricas comparten la tecnología y las buenas prácticas, remarcó. Los conocimientos también se trasladan a la Unión de Azucareros de Latinoamérica, concluyó el directivo.
De acuerdo con cifras históricas de la Asazgua, en la contienda 2018-19 la elaboración totalizó 64, 5 millones de quintales (2, 9 millones de toneladas, la cifra más alta) y la más baja ocurrió en 2020 con 55,7 millones de quintales (2,5 millones de toneladas).
Este país centroamericano, de poco más de 17 millones de habitantes y 11 centrales concentrados en cuatro departamentos de la costa del Pacífico, destina el 40 por ciento del dulce grano producido al consumo local y el 60 restante a la exportación.
Sobresale como noveno productor de azúcar del mundo (tercero de Latinoamérica por detrás de Brasil y México) y el quinto vendedor global, solo superado por Brasil, Tailandia, India e Indonesia.
El sector, incluidos sus derivados, representó el año pasado el cuatro por ciento de las exportaciones totales, equivalentes a alrededor de 520 millones de dólares para la nación.
La zafra 2023-2024 iniciará en noviembre próximo, después del invierno, y concluirá en mayo, con igual cifra proyectada por los especialistas, pero el resultado depende en buena medida de las condiciones meteorológicas durante esos seis-siete meses.
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