Según el portavoz, Nabil Abu Rudeineh, la movilización sólo conducirá a un aumento de la tensión y podría provocar un estallido de la situación, tras los llamamientos de los extremistas judíos para incluir en el desfile, la mezquita Al-Aqsa, el lugar sagrado musulmán.
El funcionario indicó que la movilización encenderá la región y las consecuencias serán nefastas; y en ese sentido, responsabilizó a Tel Aviv por esta escalada que conducirá a una explosión.
Al mismo tiempo, enfatizó que el pueblo palestino y su liderazgo son capaces de proteger Jerusalén y sus lugares sagrados islámicos y cristianos.
En esta línea de pensamiento, puntualizó que Jerusalén seguirá siendo con sus lugares sagrados la capital eterna del Estado de Palestina.
De acuerdo con medios israelíes, la entidad desplegará a más de tres mil 200 policías en preparación para la marcha de la bandera y activará el sistema Cúpula de Hierro en el área ocupada de Jerusalén.
Fuentes de las instituciones militares y de seguridad de Tel Aviv indicaron que es recomendable evitar declaraciones extremistas de ministros como Ben Gvir y otros políticos ante el temor de incendiar la región. El recorrido de este año sucederá días después del bombardeo enemigo a la Franja de Gaza que dejó saldo de 33 muertos, incluidos niños y mujeres; y en medio de los persistentes asaltos y allanamientos de los militares a los territorios ocupados.
Tel Aviv canceló esa celebración por primera vez en 2021, tras una respuesta de la resistencia palestina con misiles.
La conmemoración anual recuerda la toma de la Ciudad Vieja por parte de Israel en la llamada Guerra de los Seis Días en 1967.
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