En una declaración ante el Consejo de Seguridad sobre la situación en Medio Oriente, en especial en Yemen, el diplomático subrayó que el sufrimiento humano y la continuación del conflicto deben cesar.
Al Saadi expresó la disposición del gobierno que representa a abordar de manera positiva y constructiva todos los esfuerzos encaminados a lograr un alto el fuego amplio.
Señaló igualmente el apoyo al lanzamiento de un proceso político dirigido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a lograr las aspiraciones legítimas del pueblo yemení en materia de seguridad, estabilidad y desarrollo.
Sin embargo, expresó su preocupación por las acciones beligerantes de las milicias hutíes, que “eligieron iniciar este conflicto” y lo continúan “sin preocuparse por el sufrimiento de los yemeníes y sus esperanzas de paz, seguridad, estabilidad y libertad”.
Denunció que, durante más de ocho años, la ciudad de Taiz, y cuatro millones de sus habitantes han estado a merced del sofocante asedio de los rebeldes, a quienes señaló de incumplir “sus obligaciones de conformidad con el acuerdo de tregua y el acuerdo de Estocolmo”, que en 2019 estipuló, entre otros puntos, un cese de las hostilidades en la ciudad de Hodeidah.
En tal sentido hizo un llamamiento a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad para “que asuman su papel, responsabilidades y ejerzan más presión” en función de poner fin al largo sufrimiento humano de su pueblo.
Yemen es escenario de guerra desde 2014 entre los partidarios del expresidente Abdo Rabu Mansur Hadi y los rebeldes hutíes del movimiento Ansar Alá, al que se incorporó Arabia Saudita en el 2015 bajo el pretexto de respaldo al exmandatario.
La ONU calificó la situación en la empobrecida nación árabe como la peor crisis humanitaria del mundo.
Cerca del 80 por ciento de la población yemenita depende de la ayuda para subsistir en medio de la más grave hambruna en décadas provocada por el largo conflicto, advirtieron organismos internacionales.
lam/dfm