Fue una obra anunciada la semana anterior por el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou ante la actual coyuntura por la cual el agua llega a los grifos con altos niveles de cloruros y sodio, léase sal.
La obra ingeniera sobre el rio Santa Lucía, principal fuente del vital líquido de la capital, tiene el objetivo de captar agua cuando sube la marea y evitar su pérdida.
Por la urgencia de la situación los trabajos decidieron la intervención desde hoy de la maquinaria, informó el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado.
Será una especie de embalse que costará medio millón de dólares y estará listo en unos días, dijo el alto funcionario.
Delgado reiteró argumentos previos en los que aseguró que el gobierno trabaja para dar tranquilidad a la población ante la coyuntura hídrica.
Dijo que esta y otras acciones pretenden asegurar el suministro de agua hasta la llegada de las lluvias, que faltan en el volumen necesario desde hace tres años.
Reiteró que desde el gabinete continuarán las medidas de suministro de agua potable a sectores vulnerables.
Según el ministro de Medio Ambiente, Robert Bouvier, el agua que entrega por las cañerías la empresa pública Obras Sanitarias del Estado (OSE) es bebible, aunque no potable.
A su vez la ministra de Salud Pública, Karina Rando, exhortó a embarazadas, bebés y personas con diversas enfermedades a recurrir al agua embotellada.
Resulta una solución que no alcanza a poblaciones bajo el nivel de pobreza, según señalan desde el opositor Frente Amplio y organizaciones sociales.
En este contexto el gobierno uruguayo estudia la importación libre de impuesto de agua envasada desde Argentina y Brasil, en caso de ser necesario.
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