El portavoz Nabil Abu Rudeina describió como un flagrante ataque al lugar sagrado la presencia del extremista Ben Gvir y un grupo de colonos.
Mediante un comunicado, el funcionario advirtió que los intentos del ministro israelí y otros radicales de cambiar el statu quo en Al-Aqsa son condenados y fracasarán.
Abu Rudeineh subrayó que la intromisión en los patios de la mezquita de Al-Aqsa no cambiará la realidad y no impondrá la soberanía israelí sobre ella.
En este sentido, reclamó una acción inmediata de la comunidad internacional para preservar el statu quo en Jerusalén y no empujar a la región a una guerra.
A propósito de la nueva intromisión de Ben Gvir y los colonos, la cancillería de Jordania tildó tal acción como una escalada provocativa, condenada, peligrosa e inaceptable.
En esta línea de pensamiento, el ministerio jordano enfatizó que la ofensa israelí representa una flagrante violación de los derechos históricos y jurídicos.
Advirtió que los continuos ataques de Israel contra los lugares sagrados islámicos y cristianos en Jerusalén, además de las medidas unilaterales de expansión de los asentamientos y las incursiones diarias en las ciudades y pueblos palestinos, corren el riesgo de una mayor escalada que la comunidad internacional debe trabajar para detener de inmediato.
Al amanecer, colonos liderados por Ben Gvir irrumpieron en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa bajo una fuerte protección policial.
Por segunda vez, el ministro israelí de línea dura ingresa al lugar sagrado islámico desde su designación en el gabinete ultraderechista de Tel Aviv.
Ubicada en la Jerusalén ocupada, la mezquita Al-Aqsa es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes.
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