En Jenin, los uniformados detuvieron a cuatro ciudadanos luego de irrumpir por la fuerza sus hogares; otros cinco fueron arrestados en Jerusalén ocupada y dos jóvenes en Nablus.
De acuerdo con reportes locales, en Ramala estallaron enfrentamientos entre los ciudadanos y los soldados israelíes después de atacar el campo de refugiados de Jalazoun, al norte de la localidad.
Al mismo tiempo, los combatientes de la resistencia abrían fuego contra los militares sionistas en su retirada del barrio de Al-Maajin en Nablus; mientras, las sirenas de advertencia sonaron las alarmas de advertencia en el campamento de Nour Shams en Tulkarem.
En medio de esta campaña de redadas, el Ejército de Tel Aviv demolió un terreno en la ciudad de Sur Baher y cerró las carreteras que conducen a la zona de Deir al-Amoud.
Por su parte, vehículos militares penetraron al este de Khan Yunis y la Franja de Gaza.
Ante este panorama, las facciones palestinas insistieron en la necesidad de la unidad del pueblo en el programa de resistencia y la adhesión a los derechos hasta liberar la tierra ocupada.
Mediante un comunicado, subrayó que las incursiones diarias de colonos, custodiados por la policía y el Ejército, en los patios de la mezquita de Al-Aqsa representan una grave agresión contra su santidad.
En este contexto, enfatizó que Israel tiene toda la responsabilidad por las repercusiones de su continua violación al recinto sagrado y su provocación de los sentimientos del pueblo palestino y la nación árabe e islámica.
Como consecuencia de los crímenes israelíes en Gaza y Cisjordania, un total de 141 palestinos, incluidos niños y mujeres, perdieron la vida en 2023, según el informe de la primera quincena de mayo de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas.
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