Los peces polares experimentan una mortalidad más baja que los tropicales, por lo que retrasan la reproducción para cuando son más grandes y pueden producir más huevos, lo cual puede tener implicaciones para los efectos del cambio climático en la sostenibilidad de las poblaciones de peces, reveló la investigación realizada por la Universidad de Monash, Australia.
Según los expertos, los peces continúan creciendo a lo largo de su existencia y los más grandes tienden a producir desproporcionadamente más huevos, por lo que vale la pena reproducirse más adelante en la vida, mientras los que maduran lentamente corren el riesgo de morir antes de llegar a la edad reproductiva.
Por lo tanto, la teoría de la historia de vida predice que la edad a la que un pez comienza a reproducirse debe estar influenciada por la tasa de crecimiento y el riesgo de mortalidad de la especie.
Para probar esta hipótesis, los investigadores aplicaron un modelo matemático existente de la evolución del ciclo vital a los datos publicados sobre el peso al nacer, la tasa de crecimiento y la mortalidad adulta de 47 especies de peces marinos.
Encontraron que los peces tropicales experimentan un 80 por ciento más de mortalidad que los polares.
Los datos publicados sobre peces marinos confirmaron las predicciones del modelo: las especies polares tienden a reproducirse significativamente más tarde que las tropicales y la cantidad de huevos que producen se incrementa más abruptamente a medida que aumenta el tamaño del cuerpo.
Estos hallazgos sugieren que el cambio climático podría impulsar modificaciones en el crecimiento y la reproducción de los peces marinos, con océanos más cálidos que hacen que los peces se reproduzcan más temprano en la vida, siendo aún pequeños, y, como resultado, producen menos huevos.
En opinión de los autores del estudio, esto podría tener un gran impacto en las poblaciones de peces y las pesquerías en todo el mundo.
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