Expertos estiman que cada año mueren ahogadas 236 mil personas, cifra que constituye el siete por ciento de todos los decesos relacionados con lesiones.
A nivel mundial, las tasas más altas de ahogamiento ocurren entre los niños de uno a cuatro años de edad, seguidos por los de cinco a nueve años, y sucede, fundamentalmente, entre los miembros de la sociedad más desfavorecidos desde el punto de vista socioeconómico.
La resolución destaca la fuerte relación entre el ahogamiento y los determinantes sociales de la salud.
Según resaltó el doctor Etienne Krug, director del departamento de Determinantes Sociales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ahogamiento tiene mayor impacto entre las personas más pobres del mundo.
En el texto, la Asamblea solicita a los estados miembros que evalúen su situación nacional sobre este flagelo, desarrollen e implementen programas relacionados y aseguren la planificación de políticas en una amplia gama de sectores para reducir los riesgos.
También insta a que promuevan la prevención de estos hechos mediante la participación comunitaria, el desarrollo de capacidades y la cooperación internacional.
Asimismo, pide a la OMS que establezca una Alianza Mundial para la Prevención de los Ahogamientos con organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, socios internacionales para el desarrollo y organizaciones no gubernamentales.
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