“Atendiendo la invitación de nuestro hermano presidente Lula, partimos rumbo a Brasil al encuentro de presidentes de América del Sur. En unidad decidimos nuestro futuro”, escribió el dignatario en un tuit al anunciar la entrega del bastón de mando del país altiplánico al vicemandatario, David Choquehuanca.
Programada para el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería en Brasilia, la cita acontece en el contexto de la decisión anunciada por Lula de reactivar los organismos integracionistas de Latinoamérica por encima de diferencias ideológicas.
El foro busca denominadores comunes, así como discutir perspectivas de intercambio en áreas clave como salud, cambio climático, defensa, combate al crimen organizado, infraestructura y energía.
La reunión durará un solo día con dos sesiones, una por la mañana en la que cada gobernante pronunciará un discurso, y otra en la tarde con un diálogo informal entre los participantes, con el propósito de identificar puntos comunes.
Además de Arce, confirmaron su presencia los jefes de Estado de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela.
La única excepción será la gobernante de Perú, Dina Boluarte, quien estará representada por el primer ministro, Alberto Otárola.
Esa información fue indicada en una resolución gubernamental que autoriza el viaje del titular del Consejo de Ministros, cargo oficial de Otárola.
La embajadora Gisela Padovan, secretaria para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, declaró a la prensa que es importante retomar un diálogo sudamericano.
“El principal objetivo de esta reunión es reanudar el diálogo con los países sudamericanos, muy truncado en los últimos años, y que es una prioridad del gobierno Lula”, expresó en declaraciones a la Agencia Brasil.
Indicó que el gigante sudamericano sabe que existen diferencias de visión e ideológicas entre varios países, pero insistió en que Lula aspira a reactivar las pláticas sobre la base de los denominadores comunes.
Los mandatarios debatirán formas concretas de ampliar la integración, incluida la posibilidad de crear o reestructurar un mecanismo de cooperación sudamericano que reúna a todas las naciones de la región, se informó.
Padovan consideró que amenazas como las crisis sanitarias, el cambio climático, la inflación, los altos precios de los alimentos, el incremento de la pobreza y el hambre convierten en más relevante una acción coordinada entre las naciones de Sudamérica.
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