De acuerdo con la Sociedad de Prisioneros Palestinos, esta decisión suma complicaciones jurídicas a las gestiones para lograr su liberación a fin de recibir atención médica fuera de los penales.
Nacido en la ciudad árabe de Baqa al-Gharbia, en el centro de Israel, Daqqa fue detenido el 25 de marzo de 1986 y completó su sentencia de 37 años hace meses.
Sin embargo, el régimen israelí aún lo retiene por dos años más en un caso fabricado relacionado con la introducción de teléfonos móviles en prisión.
En sesión matutina en la cárcel de Ramla, el Comité de Libertad Condicional consideró que la solicitud de liberación anticipada de Daqqa no está dentro de sus competencias y remitió la decisión a otra institución responsable de los presos.
Ante este panorama, la familia de Daqqa y la campaña para su liberación calificaron tal postura de sentencia de muerte al retrasar su salida de la cárcel a pesar de la gravedad de su estado de salud, que fue reconocido incluso por el informe del Servicio de Prisiones de Israel.
Daqqa sufre complicaciones de una operación quirúrgica en la que le extirparon parte del pulmón derecho.
En diciembre último, le diagnosticaron mielofibrosis, un cáncer que afecta la médula ósea, que se desarrolló a partir de la leucemia diagnosticada en 2015.
Cifras recientes, indicaron que hasta abril de este año cuatro mil 900 palestinos sufren de las atrocidades del régimen israelí en las prisiones, entre ellos 160 niños y 31 mujeres.
El ente de Tel Aviv mantiene en cárceles a más de 700 presos enfermos y cuatro miembros del Parlamento del Consejo Legislativo, así como a 23 arrestados antes de los Acuerdos de Oslo en 1993.
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