Tal y como estaba previsto, el dispositivo llegó a una zona desértica de Mongolia Interior (norte), los tripulantes regresaron con buenas condiciones de salud y luego se trasladaron a esta capital.
Autoridades del sector consideraron un completo éxito la misión, porque esos profesionales cumplieron cada tarea programada durante los seis meses de trabajo dentro del módulo central de la estación espacial, denominada Tiangong, que construye China.
Antes de emprender el regreso ellos coincidieron con su relevo de la Shenzhou-16, que llegó el miércoles pasado a la instalación.
La Shenzhou-15 es la décima misión tripulada en la historia del país asiático y como parte de sus tareas hizo varias caminatas fuera del vehículo.
El Gobierno planificó en total la salida de 10 operaciones similares para adiestrarse en el ensamblaje y construcción en órbita de naves complejas y grandes, así como en la realización de vuelos de larga duración cerca de la Tierra y de experimentos a gran escala.
La estación de China operará en la órbita terrestre baja a una altitud de entre 340 y 450 kilómetros, mientras su vida útil está diseñada para 10 años.
Sin embargo, los expertos creen que podrá durar más de 15 años con mantenimiento y reparaciones adecuadas.
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