Según reportes de prensa, aún se contabilizan los votos para escoger los 102 asientos de la Asamblea Nacional Popular, tras la disolución de la cámara hace un año por acusaciones de corrupción.
Un total de veinte partidos y dos coaliciones compiten por la mayoría parlamentaria que determinará, según la ley del país, quién será el primer ministro y jefe del Gobierno.
Entre ellos destacan el Movimiento para la Alternancia y la Democracia (Madem G-15), al cual pertenece el actual presidente, Umaro Sissoco Embaló, y el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (Paigc), gobernante hasta los comicios presidenciales de finales de 2019 y que lidera una coalición en estos sufragios.
Cerca de 900 mil electores de este país de África occidental estaban convocados a las urnas en los más de tres mil 500 colegios electorales abiertos en todo el territorio nacional, pero hasta el momento no se sabe el número de votantes u otros datos del proceso, que según autoridades electorales transcurrió en calma y sin incidentes.
Como parte del aseguramiento del proceso, que busca poner fin a la inestabilidad política en el país, se desplegaron alrededor de 600 soldados durante el proceso electorala todo lo largo y ancho de esta nación, según fuentes castrenses.
La Comisión Nacional Electoral (CNE) informó ,además, que más 200 observadores internacionales supervisan la votación, incluyendo los equipos enviados por la Unión Africana (UA), la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) y la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), entre otros.
Los comicios, que debían celebrarse inicialmente el pasado 18 de diciembre pero fueron pospuestos, tienen lugar después que Embaló disolviera la Asamblea Nacional Popular hace más de un año, a mediados de mayo de 2022.
Guinea-Bissau, que ha sufrido numerosos levantamientos militares y cuatro golpes de Estado exitosos desde su independencia de Portugal (declarada en 1973 y reconocida en 1974), se encuentra inmersa en una inestabilidad política desde 2015, con la destitución de siete primeros ministros.
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