en marcha la meta de cero deforestación en la Amazonia hasta 2030.
Considerado fundamental para la caída del 83 por ciento en la devastación entre 2004 y 2012, y abandonado durante el Gobierno del exmandatario Jair Bolsonaro, el paquete, presentado junto a la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, vuelve ahora rediseñado y con la expectativa de poner fin al problema.
La nueva versión busca retomar y reforzar acciones que dieron cierto en el pasado, mejorar las no exitosas, pero también va más allá con estrategias que visan adaptar los instrumentos existentes para el contexto actual de la deforestación.
El plan trae más de 130 metas para ser alcanzadas hasta 2027, algunas con indicadores bien específicos, como fiscalizar un 30 por ciento del área deforestada ilegalmente identificada por el sistema Prodes (Programa de Cálculo de Deforestación de la Amazonia), del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales.
Actualmente, se estima que solo un seis por ciento de la deforestación pasa por control. La idea es hacer cinco veces más de lo que se realizaba.
Otras metas son embargar el 50 por ciento del área deforestada ilegalmente en unidades de conservación federales y aumentar en un 10 por ciento el número de autos de infracción ambiental juzgados en primera instancia.
De igual manera se espera desarrollar un mecanismo para mejorar la trazabilidad de los productos agropecuarios y suspender/cancelar el ciento por ciento de las observaciones irregulares del Registro Ambiental Rural, superpuestos a tierras públicas federales hasta 2027.
Se procurará cumplir con la regularización agraria de 50 mil ocupantes de tierras públicas; consignar 29,5 millones de hectáreas de bosques públicos federales aún no destinados y crear tres millones de hectáreas de unidades de conservación.
Cuando hizo el anuncio del plan, Lula adelantó que dentro del marco de la cumbre de presidentes de países amazónicos, convocada para agosto, propondrá la creación de un centro de cooperación internacional para la protección de la Amazonia con la finalidad de combatir todas las mafias que operan en la región.
«Hay que acabar con los grupos del tráfico de madera, de pesca y de minerales, que también son cómplices de las redes de tráfico de drogas y hasta de personas» que actúan en territorio amazónico, refirió.
Aclaró que no existe ninguna contradicción entre el desarrollo económico y el cuidado del medioambiente.
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