Debido a la complejidad de las investigaciones, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses entregó recientemente cinco restos de personas identificadas y 96 osamentas sin nombres a familias del departamento de Escuintla.
La explosión del coloso golpeó más fuerte a Alotenango y San Pedro Yepocapa, departamento de Sacatepéquez, aunque sus cenizas se extendieron a colonias aledañas y murieron soterradas aproximadamente 300 personas y poco más de esa cifra desaparecieron.
El flujo piroclástico enterró a los pueblos de La Reunión, Alotenango y San Miguel Los Lotes, mientras el entonces jefe de Estado del país, Jimmy Morales (2016-2020), indicó evacuar dos mil habitantes de los lugares en peligro a albergues temporales.
En las redes sociales pululan durante estos días miles de vídeos en homenaje a quienes dieron su vida por salvar a otros, entre ellos, los bomberos, un ejemplo extraordinario en medio del dolor y la pérdida.
La Comunidad Indígena Nueva Trinidad convocó, por otro lado, a una manifestación frente a Casa Presidencial el próximo miércoles para exigir su reubicación y atención integral.
Esta y otras fueron declaradas no habitables y en riesgo por la administración de turno, pero con el tiempo muchos de sus pobladores regresaron para poder trabajar la tierra y sobrevivir, a pesar del riesgo latente.
El volcán de Fuego, ubicado a unos 60 kilómetros de esta capital y considerado uno de los más impresionantes de Centroamérica, pervive como el escenario de una catástrofe inimaginable.
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